—¿Sabías que la primera vez que te vi, pensé: Nunca he visto nada mas cautivante y hermoso?

—¿Por qué me dices esto? —le dije tristemente.

—Te vi y quería estar cerca de ti. Quería que me dejaras entrar, quería conocerte en la manera que nadie más lo hizo. Te quería, todo de ti. Ese deseo casi me volvió loco. Y ahora que te tengo, lo único que me asusta es tener que volver a ese lugar. Tener que desearte de nuevo, sin ninguna esperanza de que mi deseo sea cumplido alguna vez. Eres mía, Ángel. Cada parte de ti. No voy a dejar que nada cambie eso. 
Finale